¡Hola!
Primer día completo en este Segundo Turno 2015 y como no podía ser de otra manera, ha sido muy intenso. ¡Vamos con él!
A las 9 de la mañana comenzaba a sonar la música, aunque no les voy a engañar, ya hacía un buen rato que muchos acampados ya estaban despiertos. Es normal que la primera noche, entre nervios y emoción, unos cuantos niños se despierten antes de tiempo, no se preocupen, a medida que el cansancio aumenta... ¡se acabará!
A las 9:30 entraban al comedor para desayunar. Cada mañana, los chicos y chicas tendrán leche, cacao, cereales, zumo, galletas, tostadas, mantequilla, mermelada y un bollo, en el caso de hoy, magdalena.
Después de lavarse los dientes y de la reunión de grupo, comenzaba la rotación de actividades. Cada mañana, cada grupo tendrá dos actividades que realizar, completando así a lo largo del campamento la totalidad. Entre ellas, rocódromo, iniciación a la equitación, actividades en inglés, "Mario Kart" y más que irán viendo a lo largo de los días entre las crónicas, fotos y vídeos.
El día no ha sido especialmente caluroso, aun así, la piscina estaba llena antes de la hora de comer, donde hoy teníamos fideua, hamburguesa con salsa de tomate y sandía de postre.
Por la tarde, comenzaban los talleres. La mitad de los acampados realizaban hoy un imán de nevera, mientras el resto personalizaban las que serán sus camisetas oficiales de Saldaña 2015.
Tras otro rato de piscina y la merienda (bocadillo de jamón y queso acompañado de zumo) niñas y niños se preparaban para el juego de la tarde, gorra y bien de crema para luchar por encontrar el tesoro de Feliciano Jones, nuestro arqueólogo de confianza, que nos revelaba que en estos terrenos había escondido un antiguo tesoro inca, quién sabe el motivo...
Tras registrar por completo el campamento, finalmente, el grupo 7 desenterraba el ansiado tesoro.
Era momento de duchas y de tiempo libre, para, a continuación, ir a cenar: judías verdes, lacón con cachelos y yogur.
Para acabar el día, los acampados prestaban ayuda a uno de nuestros invitados, el gran músico Fredinski, un afamado compositor, que había sido objeto del robo de una de sus últimas obras. Así, tras pedir ayuda a nuestros chicos y chicas, éstos se pusieron manos a la obra, y consiguieron recuperar la composición del gran Fredinski.
Con ello, se terminaba el día en Saldaña. Y ya saben, mañana... ¡más y mejor!
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