En esta primera crónica vamos a englobar los tres primeros días, ya que por diversos motivos no he hemos podido ponernos al día antes, pero a partir de ahora estaremos al pié del cañon.
Día 18
La nueva hornada de itinerantes llegaban a la casa a las 17:30. Por delante les esperan muchos kilómetros y retos personales.
De manera ágil se instalaron en sus habitaciones dentro del albergue y comenzaron la jornada de pertrecho. En ella los acampados preparararon sus mochilas y revisaron sus tiendas.
Cena reparadora de sopa, ensalada y tortilla de patata, y noche de juegos de velada: la estrella, jinete a sus caballos, etc...
Día 19
¡Y arrancó oficialmente el Itinerante!
Desayuno rápido, último vistazo a las mochilas, reunión en el foro para que el Padre Meseguer nos bendiga el camino y al tajo.
Por delante algo más de 19 kilómetros, que son los que separan Saldaña de La Serna. El tiempo fue inmejorable para caminar, el sol no pegaba mucho pero no hacia frío. Con estas condiciones los chavales devoraron los kilómetros y llegamos a La Serna para la hora de la comida.
Repusimos fuerzas a base de hidratos y proteínas, un breve descanso y tarde de baño en el río Carrión. El agua estaba fresca, pero gracias a la temperatura, los itinerantes disfrutaron de un baño que se sale de lo habitual.
Tras el baño llegó el tiempo de ducha, seguida de la cena, croquetas, hamburguesa, ensalada y salchichas, y cerrando el día con el juego "Jurasic World", inspirado en su película homónima.
Un prometedor primer día tocó a su fin.
Día 20
El día abría con un cielo feo, el aire hacía acto de presencia y la temperatura era desagradable. A eso se añadió que el cansancio hacía acto de presencia y costaba levantarse. Poco a poco los itinerantes se fueron desperezando mientras desmontaron las tiendas y desayunaron. Y volvimos a ponernos en camino.
Hoy nos tocaba caminar hasta Carrión de los Condes, 12 kilometros de un terreno duro y que continuamente picaba para arriba, el tiempo no acompañó y el viento que nos sorprendió al despertar nos acompañó durante toda la marcha, haciendo que la temperatura fuera fría. Aun con estás condiciones los itinerantes se comportaron y volvieron a marchar a un ritmo buenísimo. Tanto fue así que llegamos al destino antes de la hora.
Por la tarde la lluvia hizo acto de presencia y nos obligó a cambiar los planes, pero como se suele decir "nunca llovió que no escampe" así que a ultima hora de la tarde se pudo jugar a la pinza.
Tras el paso por la ducha y la correspondiente cena, tocó volver a jugar, unos juegos de patio como: quitarle la cola al burro, los gusanos, etc...
Mañana toca descanso y recuperar fuerzas para el último tramo de la primera itinerancia, que viene con muchas sorpresas...
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