Un día especial ya en el ecuador del campamento, como no, a las 9 suena la música y ya después de reflexionar y desayunar, lo preparamos todo para la excursión.
Una buena caminata para ir despejando, y al final el merecido premio, la espectacular piscina municipal de Saldaña con sus instalaciones deportivas, comimos un buen bocata de lomo con fruta, y luego merendamos bocadillo de nocilla, y seguimos disfrutando del tradicional mercado romano, donde pudieron ver por turnos, luchas de gladiadores, artesanos del vidrio, la bisutería, los mosaicos, el arte de la cetrería... y sobre todo del gran ambiente del pueblo del que ya formamos parte.
Cenamos empanada de atún, con lacón, patatas parisine y yogur, antes de poner a prueba nuestro corazón, con la noche del terror al acabar el día.
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